Por estos días hemos sido bombardeados de mensajes romanticones y cursis, y las tiendas están plagadas de globitos y corazoncitos y adornitos rosados y un montón de cosas que nos recuerdan a cada minuto la famosa fecha ¿Cuál fecha? ¡San Valentín!.
Día en que el mundo se divide en dos bandos: los que lo celebran felices junto a su medio cuye, y los “grinch” de San Valentín… los cuyes solteros que odian todas las cursilerías del día y lo viven como un día más... o se quedan en su hogarsh y se autocompadecen de su desgracia preguntándose “qué chu*** he hecho mal para estar tan solo…”, esto acompañado de su película o canción cebolla y la mejor aliada del día, la amiga casata de chocolate.
Día en que el mundo se divide en dos bandos: los que lo celebran felices junto a su medio cuye, y los “grinch” de San Valentín… los cuyes solteros que odian todas las cursilerías del día y lo viven como un día más... o se quedan en su hogarsh y se autocompadecen de su desgracia preguntándose “qué chu*** he hecho mal para estar tan solo…”, esto acompañado de su película o canción cebolla y la mejor aliada del día, la amiga casata de chocolate.
¿Pero quién mier** inventó este día? ¿De dónde salió? ¿Quién “chupalla” es Valentín?
Hay varias teorías que dan origen al día de los enamorados. Una es que en los países nórdicos del norte es durante estas fechas cuando los pájaros se aparean, por eso es que este periodo se ve como un símbolo de amorsh.
Otros dicen que es una fiesta que se celebraba en la Antigua Roma en la que se adoraba al dios del amor Cupido (el angelito rechoncho con arco, flecha y mala puntería) a quien le entregaban regalos y ofrendas para encontrar a su medio melón.
Otra teoría es que, hace muchos siglos, se celebraba en Inglaterra la “fiesta de los valentinus” en la que se elegían a hombres y mujeres para que formaran pareja. Algo así como una cita a ciegas masiva… ¡yeih!
Pero la historia más conocida es la que dice que su origen está en el siglo III en Roma, época en que el cristianismo era perseguido. En este periodo se prohibía que los soldados contrajeran matrimonio, pues se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla ya que no estaban emocionalmente ligados a sus familias.
Aquí es la parte en que el tal Valentín aparece. Él era un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decide casar a las parejas en secreto (ahhhhhhh … ¡qué romántico!)
Valentín adquiere un gran prestigio por proteger a los enamorados y auspiciar bodas secretas, tanto que el emperador Claudio II lo llamó para conocerlo. El caballero sacerdote aprovecha la situación para hacerle propaganda a la religión cristiana y convencer a Claudio II a seguir los pasos de Jesús. En un principio el emperador se sintió atraído por aquella religión, pero los soldados y el Gobernador de Roma lo obligaron a desistir y comenzaron una campaña en contra de Valentín. El emperador cambió de opinión y le ordenó al gobernador que iniciara un proceso en su contra.
Un hombre llamado Asterius tuvo la misión de condenar al sacerdote. Éste, se burlo del cristianismo y puso a prueba al sacerdote desafiándolo a darle la vista a una de sus hijas que era ciega de nacimiento. El sacerdote aceptó y obró el milagro. El hombre y toda su familia se convirtieron al cristianismo, pero no pudieron librar a Valentín de su condena y fue ejecutado un 14 de febrero.
Mientras estuvo encerrado, su carcelero le pidió que le diera clases a su hija Julia ¿clases de qué? … nadie sabe, el punto es que al pasar tanto tiempo juntos el famoso Valentín se enamoró de la mushasha y en la víspera de su ejecución le envió una nota de despedida firmada con las palabras “De tu Valentín”, de ahí que muchas tarjetas amorosas, en especial en gringolandia, tengan la expresión de despedida “From your Valentine”.
Dos siglos más tarde la iglesia católica recuperó la historia de San Valentín, puesto que el 15 de febrero era tradición entre los jóvenes realizar una fiesta pagana en la que un chiquillo escogía el nombre de una chiquilla para que se convirtiera en su “pareja de diversión” durante un año. La iglesia quiso acabar con esta celebración y canonizó a San Valentín como patrón de los enamorados para que los cabros de porquería la cortaran con su leseo.
Sea como sea la historia, el amorsh está en el aire y es imposible quedar ajeno a la fecha. Así que cuyes emparejados, disfruten este día con su medio cuye y diganle todo lo que lo quieren, aman, adoran, desean… ¡qué sé shó! Y apapáchenlo harto.
Y cuyes solteros, ¡no os amarguéis! Salgan a carretear, a buscar a su medio cuye… en una de esas un corazón destrozado se encuentra con otro corazón maltrecho y se hacen “sana sana” (1313). O si tienen a su enamorad@ por ahí, aprovechen el día para decirle a ese o esa cuye que le echaron el ojo hace rato todo lo que sienten por él o ella. O si ninguna de estas alternativas le gusta, vaya al “Blockbuster” arriende “Diario de una pasión”, “Shakespeare enamorado” o “Muy parecido al amor”, cómprese una cajita de pañuelos desechables y un chocolate y córtese las venas en su soledad.
Pero sea cual sea su alternativa no perdáis la esperanza de que el próximo año lo pasarán acompañado.
Y ahora una canción que le viene a la fecha… ¡aaaaahhhhhhhh! ¡Love is in the air!
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